México, 9 de enero (Milenio Diario).- Uno de los mayores defectos que como sociedad tenemos es afirmar hechos de los cuales no tenemos ni la menor idea. Como buen ejemplo, todo lo que han desatado los cuerpos encontrados en las últimas dos semanas en el Cerro de la Estrella, en Iztapalapa, Distrito Federal. Los “supuestos” rebasan cualquier explicación, dando como buena la versión de que las víctimas fueron muertas y parcialmente comidas por perros ferales. Aquí no cabe la suposición de que fueron asesinadas en el lugar por alguna banda criminal y después fueron encontradas por la jauría salvaje que por su naturaleza animal hizo lo propio.
El defecto social tendría una disculpa. Como seres humanos preferimos la emoción antes que la razón ante hechos tan impactantes o dramáticos como los que se suscitaron en la reserva ecológica de Iztapalapa. Sin embargo, el resultado de una comunicación “viral” que se propaga siempre será la formación de la opinión dominante.
Como coincidencia, dentro de la dinámica de los gobiernos en México, en la mayoría de las ocasiones, al inicio, en el intermedio y al final del mismo, siempre se propagan versiones fundadas en la más profunda ignorancia. Desde enfermedades, adicciones y preferencias sexuales hasta adquisiciones de bienes de manera dudosa, cambios en el gabinete y desaparición de dependencias.
Históricamente, los profesionales de la propagación han encontrado en las fuerzas armadas la materia prima de sus fines. Desde innumerables intentos en tiempos modernos por dar golpes de Estado hasta el tan mal entendido “fuero” militar.
Los relevos en las regiones y zonas militares que se han llevado a cabo desde el primero de enero han dado mucho material a los “opinadores”. Insisten en que son cambios a manera de castigo o a manera de imposición del mando; lo afirman con la seguridad que les brinda la ignorancia.
LA REALIDAD ES OTRA
La rotación de los generales, jefes, oficiales y personal de tropa perteneciente al Ejército y Fuerza Aérea mexicanos se lleva a cabo desde hace casi 100 años, es decir, cuando se creó el instituto armado y responde exclusivamente a la forma como se tiene que manejar el personal, el cual tiene como objetivo principal la profesionalización de sus elementos, mediante la ocupación de una diversidad de cargos y también en cubrir la ruta profesional militar acorde con su especialidad.
La ley orgánica del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos señala claramente que, todos los cambios de adscripciones (regiones y/o zonas militares) se realizan de conformidad con las facultades que tiene la Sedena para cumplir con su función de administrar, equipar y adiestrar a su personal. Las asignaciones se realizan para que cada uno de los elementos militares obtenga experiencia y conocimientos con los cuales pueda cumplir con los requisitos establecidos en la ley de ascensos y recompensas del instituto armado, y con los cuales se encuentren en condiciones de obtener un ascenso en la escala jerárquica. Otro de los objetivos de los cambios de adscripción es cubrir las vacantes que se originan en las diferentes unidades, dependencias e instalaciones, con los elementos más capacitados y acordes con la tarea que tengan por desarrollar; vacantes que se crean por la movilidad natural del factor humano.
A diferencia de cualquier institución en el país, todo oficial egresado del H. Colegio Militar o de la H. Escuela Naval sabe que tiene la oportunidad de ascender a la primera línea de la cadena de mando, solo por debajo del comandante supremo de las fuerzas armadas.
También es una realidad que, de ser cierto el hecho de que el general Cienfuegos se deshizo de los generales que compitieron con él para la Secretaría de la Defensa, entonces por qué nombrar al general Moisés García Ochoa como comandante de la XI Región Militar. Unos de los puntos neurálgicos que tiene el Ejército para combatir a la delincuencia y abatir los índices de violencia es precisamente esta región con sede en Torreón y que abarca los estados de Coahuila y Chihuahua.
De ser cierta la afirmación sobre la imposición hecha por Cienfuegos al designar a los nuevos comandantes, tendrían entonces, quienes lo aseguran así, explicar el porqué de las asignaciones en las regiones segunda, con sede en Mexicali; la quinta, basada en Guadalajara; en la novena, ubicada en Acapulco, y en la 12, asentada en Irapuato.
Y para seguir sumándole al reto, también tendrían que explicarnos, quienes critican, cuáles son las razones de los relevos en la segunda Zona Militar, que abarca parte de Baja California; la tercera, que comprende Baja California Sur; la séptima, de Nuevo León; la 15, que abarca parte de Jalisco; la 26 Zona Militar, que abarca parte de Veracruz, y la 34, en el estado de Quintana Roo.
De ninguna manera los movimientos en las regiones y zonas obedecen a castigar o a recompensar a unos o a otros. Simplemente son parte de la naturaleza de la propia institución.
Quienes afirmen lo contrario solamente lo hacen desde la seguridad que les otorga la ignorancia.
Juan Ibarrola
Cadena de Mando
