México, 14 de diciembre (Reforma).- Poco o nada ha dicho el Presidente Peña Nieto, ni tampoco su Secretario del Interior Osorio Chong, o su Procurador Murillo Karam, sobre el tema de las drogas: concretamente respecto al ímpetu que han tomado iniciativas recientes para LEGALIZAR la mariguana en más estados de la Unión Americana, vecino y socio comercial.
Como ustedes ya saben, amigos lectores, en DOS estados norteamericanos está totalmente legalizada la venta, comercio y consumo de mariguana de manera irrestricta.
¡Pero vienen -cuando menos- TRECE estados MÁS que la pueden descriminalizar por completo!
En el próximo año, debido a iniciativas, propuestas y/o estudios, existe una altísima probabilidad de que además de los estados de Colorado y Washington, cuando menos Massachusetts, Maine, Vermont, Rhode Island, New Hampshire, Nevada (Las Vegas ¡se imaginan!), Alaska, Hawaii, Arizona, Montana, Virginia, Oregon y Minnesota, legalicen totalmente el consumo, venta y cosecha de mariguana.
¿Y el Gobierno federal?, preguntarán ustedes.
Por más que amenaza y dice que la legalización es contraria a las leyes federales, éstas pronto quedarán neutralizadas, y por lo pronto ni ha hecho, ni hará nada al respecto.
De hecho existe ya en el CONGRESO norteamericano una iniciativa legal “Respect States’ and Citizens’ Rights of 2012” (Respeto a los Derechos de Estados y Ciudadanos de 2012) en la que legisladores proponen -y pronto votarán en ley- que el Gobierno federal NO INTERVENGA contra la voluntad de los estados en temas como la legalización de las drogas.
Paradójicamente hay un dato adicional que debe considerarse: en una biografía recientemente publicada que relata la vida temprana del Presidente Barack Obama como estudiante, tanto en Hawaii como en la universidad, se menciona y documenta que de joven el ahora Presidente era aficionado, pero muy aficionado, a intimar con Doña María Juana.
Entonces no crean ustedes que desde la Casa Blanca habrá un ímpetu enorme por frenar esta ola de legalización de la mariguana que se ha apoderado de la Unión Americana.
Las pruebas están a la vista: es un hecho que desde que Colorado y Washington legalizaron la mariguana y entró en efecto dicha legalización, la Procuraduría de Justicia norteamericana -todavía bajo la tutela del inepto de Eric “Rápido y Furioso” Holder- no ha levantado un solo dedo para impedir que se den gusto a churrazos los ciudadanos de esos estados en los que ya es legal el consumo irrestricto de la mariguana, no sólo “medicinal”.
De manera que del discurso al hecho hay un buen trecho: ¡la tendencia hacia la laxitud es evidente!
Y por lo mismo es una actitud que resulta adversa a MÉXICO, a sus políticas antidroga, de lucha contra el narcotráfico y, desde luego, a sus leyes actuales.
Si Estados Unidos continúa impulsando esta legalización de la mariguana, de tal manera que se sumen a este movimiento más estados, se incremente el consumo y se deje de facto y de jure de perseguir este antes delito, a México no le quedará más remedio que ACTUAR ante lo que representa un CAMBIO radical en el tablero de juego.
¡Ya no podremos continuar con la actual estrategia que llevamos sin realizar cambios y adecuaciones!
¿Qué propondrá el Presidente Peña Nieto, o los responsables de la política interna del País?
¿Se pronunciará por legalizar también en México la mariguana y otras drogas “recreacionales” como la “tacha”?
O bien, por el contrario, ¿endurecerán las leyes y estrategias del combate al tráfico de éste y otros estupefacientes?
No somos adivinos, no sabemos qué piense el flamante Presidente, pues al respecto no le hemos escuchado nada concreto.
Mas lo que sí tenemos claro es que de continuar la tendencia hacia la legalización en el país vecino, el Presidente Peña Nieto no podrá mantener el silencio que hasta hoy ha guardado sobre este tema.
Tendrá que ir a la par o a la vanguardia o rezagado, respecto a nuestro “socio” en la lucha contra las organizaciones criminales del narcotráfico, mas no podrá mantenerse al margen en este tema de tanta trascendencia.
Éste es, para nosotros, un tema ineludible que tarde que temprano no sólo se tendrá que abordar, sino respecto al cual habrá que actuar.
Manuel Jáuregui
