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La tragedia de José Eduardo Moreira, ¿muestra del resquebrajamiento de Coahuila?


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México, 5 de octubre.- Coahuila y México se enfrentan a una muestra más de transgresión del orden establecido por el Estado. A una tragedia más. A otro padre que tiene que cargar el feretro de su hijo. Además del dolor compartido por la población y los allegados a Humberto Moreira, queda un mensaje de capacidad y poder del crimen organizado por encima de aquel del Estado de Derecho.

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Confuso, dividido, encontrado es el rompecabezas de esta historia. Habría que empezar unas horas antes, con la muerte en un enfrentamiento con policías estatales de Alejandro Treviño Chavez, sobrino del Z-40 y lider de los zetas en la región, Miguel Treviño Morales. O con la fuga masiva de reos en Piedras Negras y las amenazas de actos de violencia. O comenzar un mes antes, cuando le retiran la camioneta Cherokee blindada junto con su escolta a José Eduardo Moreira. O unos años atrás, cuando Humberto Torres Charles (http://estadomayor.mx/?p=730 , http://estadomayor.mx/?p=737), hermano del entonces procurador, “operaba” un equipo paramilitar particular de fuerzas especiales conocidos como los “Hombres de negro” quienes daban protección a los zetas. O hace otra nación, antes de que el crimen organizado tomara el control de las policías municipales, la base del orden social. O bien, comenzar con el dolor de un padre quien carga a su hijo a su descanso final.

Coahuila es uno de los estados que me han adoptado. He vivido y recorrido práticamente todos sus rincones. He cenado en año nuevo un taco de lágrimas y esperanza con sus mineros. He celebrado la aparición de un globo de pasajeros sobrevolando una escuela primaria con la risa de sus niños. Me he quitado la arena de sus zonas más aridas y remotas para platicar de la realidad social con sus habitantes. He impartido clases, cursos y mi conocimiento como teórico de la comunicación a estudiantes, líderes políticos y funcionarios públicos. Me duelen tragedias públicas que afectan a mi México querido. Pero como un cronista de la realidad, un “imagenero” que con imágenes refleja nuestra Realidad Social, hay historias que son más cercanas. La de Coahuila y Humberto Moreira, es una de ellas.

El miércoles 3 de octubre, Humberto Moreira Valdés se encontraba en el Distrito Federal. A esa enorme distancia que sólo cuando se vive fuera de la capital, se comprende que no es de kilómetros, sino de años y rezagos de la Historia. Por la noche recibiría una llamada informándole que su hijo había sido “secuestrado” o “desaparecido”, según la versión que se crea: una cuenta que fue un levantón en su casa; la otra, dicen que fue interceptado mientras conducía una camioneta del gobierno municipal. Empezó el suplicio de solicitar ayuda, de pedir favores, ver quíenes lo podían apoyar a esa distancia, física y de poder, del distante gobierno de Coahuila. Al día siguiente tendría que enterrarlo.

Hace un mes José Eduardo Moreira contaba con cuatro elementos de escolta y una camioneta Cherokee blindada. Sin embargo, esta le fue retirada bajo el argumento de que el estado no tenía suficientes elementos ya que 160 de ellos no pasaron las pruebas de confianza de la Federación. En lugar de una camioneta blindada y escolta, le es entregada una camioneta pickup y un “acompañamiento” de una patrulla municipal con dos policías.

Tristemente en nuestro país, la policía municipal está a las órdenes del crimen organizado.

En Ciudad Acuña, la presencia de los grupos delictivos es de las más altas y fuertes. Lo he vivido. Lo he sentido. Lo he trabajado. Habrá muchas preguntas tanto para la policía municipal, como para el alcalde y todas las autoridades locales. Preguntas que sólo aumentan cuando tres elementos se presentan de motu propio a “rendir declaraciones” sin ser requeridos. Hay que destacar que se presentan tiempo después de que a otros cuatro se les requiere “declarar”. Sergio Sisbeles, vocero de Seguridad Pública del estado, declarará en entrevista con MILENIO televisión (http://www.youtube.com/watch?v=j_jlQttpDuo) que no hay policías arraigados.

Al tiempo que elementos de la polícia municipal encontraban en menos de una hora -sin importar cuál de las dos versiones del secuestro de José Eduardo Moreira se crea- su cuerpo asesinado, en la colonia Lomas de Lourdes de Saltillo, donde vive el ex-gobernador Humebrto Moreira, se escuchaban varias detonaciones.

En Coahuila se ha recrudecido la violencia. La tranquila ciudad norteña de Saltillo se ha convertido en un campo de batalla. Los “códigos rojos” y el tirarse dentro de la tina de la casa es una actividad cotidiana. Sin embargo, siempre había existido la unidad social y el arraigo partidista del PRI como elemento unificador y de tranquilidad.

Ahora la sociedad está “dividida” y encontrada. El aparente distanciamiento de los hermanos Moreira, Humberto y Rubén, se ha filtrado a la sociedad. Y con ello, se ha roto la unidad y seguridad que tenían los coahuilenses.

En el 2008, el PRI estatal dirigido por Rubén Moreira y siendo gobernador Humberto Moreira, obtiene un triunfo sin precendetes en las elecciones, prácticamente el 70% de la votación es para el tricolor. Recuperan Torreón, enclave panista. Gran parte del triunfo de esta elección se debió al trabajo político de Rubén Moreira y la política social de Humberto Moreira.

El rumor local es que el distanciamiento es tan grande que, se dice, no fue una navidad de unidad la de la familia Moreira. Líderes locales, activistas políticos y sociales, se encuentran conmocionados y conmocionadas por la noticia del asesinato del hijo del “Profe”, como todo el estado conoce a Humberto Moreira. Por la noche del miércoles y el día jueves, en varias de las colonias populares de Saltillo (áreas beneficiadas por los programas sociales de la anterior administración), las mujeres salieron a llorar y consolarse en las calles. Entre su plática ha salido el “qué bueno que tú también estás afectada porque no sabía qué hacer” en relación a si mostrar su cercania y afectación hacia Humberto o mantener la línea oficial de Rubén en silencio y discreción. Eso sí, siguiendo la lógica de un guión cinematográfico, el grito de “¡justicia!” es general. Esta vox populi se transmite en las redes sociales donde los muros de facebook y los mensajes en tuit son de miedo e incertidumbre, de rumorología. En pro y en contra de uno y otro de los hermanos Moreira.

Hoy se habla que el PRI puede perder el municipio industrial vecino de Saltillo, Ramos Arizpe. Además de la capital misma, Saltillo. Muy distante al 70-30 del 2008.

Al velorio y entierro en Ciudad Acuña acudieron miembros de primer nivel del gabinete federal. De la política local, Hilda Flores, Fernando de las Fuentes y Marco Flores, incondicionales de Humberto Moreira, fueron de los pocos políticos coahuilenses que lo acompañaron. El gobernador Rubén Moreira no asistió.

Las personas que asistieron afirmaron haber estado en un ambiente muy tenso, de mucho miedo. Incluso se les aviso que quíenes quisieran asistir, lo hacían asumiendo “los posibles riesgos”. Ellos mismos aseguran que fue para mostrar su solidadridad, dar el mensaje: “Profe, ¿qué hace falta, qué quiere, en qué podemos servir? Ya sabe, hasta DONDE TOPE”.

“Hasta donde tope…” frase que hace eco en mi mente junto con aquella de Rubén cuando me comentaba: “aquí en el norte, decimos ‘con su debido respeto’ antes de mandar a saludar a su madre”. Frase del norte y de su gente de convicciones. De hacer fértil el desierto. De conseguir las reivindicaciones sociales, de generar cambios y revoluciones.

Fuentes cercanas a Humberto Moreira afirman que su deseo es que haya justicia por la vía legal, justicia transparente. Que se encuentren a los responsables de la muerte de su hijo, sujetos que, además, deben ser responsables de las muertes de muchos otros hijos. Que el Profe desea que el despliegue de fuerzas y personas se hubiera dado antes, con las muertes de los demás.

Se puede iniciar el ejercicio de análisis-síntesis también a partir de la fuga de reos en Piedras Negras. Fuga que además de evidenciar los problemas de seguridad de aquella y todas las cárceles del país, generó un miedo colectivo. Circularon correos advirtiendo una escalada de violencia, declarando: “van a empezar a rodar cabezas”.

Quizá habría que comenzar por las amenzas que, de acuerdo con Carlos Moreira, hermano de Humberto y Rubén y líder sindical de los maestros en el estado, recibieron: “Vamos por un Moreira”. La familia no sabía cuál. Hacer caso a las nuevamente versiones y piezas amorfas de un rompecabezas, que con el cuerpo de José Eduardo, se encontró un mensaje “ojo por ojo, sobrino por sobrino”.

Fuentes extraoficiales también son las que comentan que su cuerpo tenía dos balazos en la cabeza… pero en la cara para disfigurarlo; el resto del cuerpo con muestras de tortura (desollado, arrastrado, golpeado) que seguramente fue en sus más angustiantes y últimos 60 minutos de vida.

La ceremonia en Ciudad Acuña no obedeció a una demostración política de gobernabilidad sino a que la familia materna de José Eduardo radica en esa frontera, lugar donde desarrolló su carrera política y trabajo social (siguiendo seguramente los pasos del padre) en beneficio de su comunidad.

Sigue un aire de tensión en Coahuila, todo mundo preocupado por los días venideros.

En la escuela que atienden hijos tanto de Rubén como de Humberto, hay una fuerte presencia de seguridad y escoltas. Desde hace dos meses se les ha requerido un tarjetón colgado en los coches autorizados para acceder a la calle de la escuela y así poder recoger a sus hijos. Un fuerte dispositivo de seguridad se encargaba de recoger a un hijo de Rubén. Dispositivo inexistente para su primo, uno de los hijos de Humberto.

El jueves en las ciudades de Saltillo, Torreón y Piedras Negras, muchos no quisieron salir de sus hogares ni enviar a sus hijos a las escuelas. Las redes sociales se llenaron de mensajes de pánico y miedo bajo el hashtag #Saltillo.

A los vacíos y silencios del gobierno de Coahuila, se contraponen las declaraciones de actores políticos encontrados como el presidente estatal del PAN quien ya mandó su pesame público.

Ante el silencio, otras voces llenan el vacío, lección que siempre doy en cuestiones de comunicación e imagen pública. Este vacío fue llenado por el tweet de la viuda de José Eduardo, Lucero Davis quien recrimina “@rubenmoreiravdz no sabes gobernar!!! Esto es tu culpa maldito!!! Renuncia” ( https://twitter.com/lucerodavis/status/254222384092024833 )

 

Tweet Lucero Davis

 

Piezas amorfas de un resquebrajamiento social, de una Coahuila a punto del colapso… tres líneas prinicpales dominan la percepción social, percepción que en sí -y esto lo afirma todo comunicólogo- se convierten en Realidad Social. Hay quíenes “aplauden” al asesinato y aprovechan todo espacio público (sobre todo en redes sociales) para expresarlo; otros indignados, emocionalemnte afectados. Los terceros tienen una gran incertidumbre sobre lo qué pueda suceder, “si pudieron con el hijo del Profe…”.

Empero, todos concuerdan en la impotencia e impunidad.

 

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