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México, 31 de marzo.- La segunda edición de la Feria Aeroespacial México 2017 (FAMEX 2017) está a menos de un mes de llevarse a cabo en las instalaciones de la Base Aérea Militar 1ª de Santa Lucía, en Tecámac, Estado de México, en un contexto de avances y decisiones urgentes y estratégicas en materia de defensa nacional y soberanía espacial.
Para ser más concretos: en estos momentos México carece de una defensa y vigilancia aéreas reales, porque de sus doce jets F-5E y F-5F Tiger II solo quedan dos aparatos operando (matrículas 4502, biplaza, y 4508, monoplaza), por lo menos desde febrero de 2015.
Siete aeronaves pertenecientes al EA 401 permanecen desarmadas en el hangar del escuadrón.
De ese grupo, los aparatos (matriculas 4504, 4505, 4506, 4510) esperan cableado nuevo, calibración de sistemas, frenos reconfigurados, sistemas de radar actualizados, reparaciones en el fuselaje, trenes de aterrizaje nuevos, generadores de repuesto y, sobre todo, motores puestos a punto.
El tigre 4510 dejo de volar desde el 26 de mayo de 2016. En esa fecha le fueron retirados “los dos motores”, según indica un aviso en el que se asienta que también le faltan “diversos componentes”, entre ellos “el radar”.
Otro de los tigres, el 4504, se quedó en tierra desde el 19 de marzo de 2015, fecha en la que también le quitaron los dos motores para llevarlos a reparación. Esta nave ya había cumplido 1,500 horas de vuelo y por ello estaba programada para ser retirada del servicio un mes más tarde.
Uno de los tigres que fue desmantelado primero y que no vuela desde el 18 de mayo de 2013 es el 4505. También le retiraron los dos motores para llevarlos a reparación mayor, programada el 01 de abril de ese año por haber cumplido las 1,200 horas de vuelo requeridas para pasar a inspección.
El caso de este aparato es inquietante, porque el reporte de la FAM indicando que había alcanzado el tiempo para pasar a inspección y no volar más está fechado el 01de abril de 2013. Sin embargo, la nave continuó en operación por lo menos 19 días más luego de haber llegado al límite señalado para ir a revisión y mantenimiento.
Una nota informativa de la FAM fechada el 20 de abril de 2013 indica que el aparato dejó de volar por presentar “daños en la estructura del fuselaje”. El 18 de mayo de ese año se ordenó que le retiraran los dos motores.
Ese mismo aparato ya había sufrido daños en el tren de aterrizaje de nariz, por lo que quedó fuera de servicio el 21 de agosto de 2011. Una nota de la FAM señala que al aparato se le instaló el tren de aterrizaje que le pertenecía al tigre 4509 para seguir volando.
En este estado de cosas arrancará la segunda edición de la FAMEX 2017, cuya dinámica será más interesante luego del anuncio de la empresa estatal rusa Rosoboronexport de por primera vez asistirá a este evento, organizado por la FAM y que coordina de principio a fin el general de Grupo PA, Rodolfo Rodríguez Quezada.
El programa de la FAMEX 2017 dice que asistirán 205 empresas del sector aeronáutico y 35 del ramo espacial. Se prevén más de tres mil 500 encuentros de negocios y participarán 16 delegaciones y miembros de 15 países en diversa actividades.
El punto medular de la FAMEX 2017 será precisamente el encuentro de delegados que vienen a ofrecer aeronaves, equipos, sistemas, posibilidades para llevar adelante la modernización aeronáutica y espacial tanto civil como, principalmente, militar.
A eso vienen las delegaciones rusas de Rosoboronexport, Russian Helicopters y Rusavia, que ya tienen asignados sus paneles de presentación (D-122, D-118 y C-123, respectivamente).
Semanas antes del anuncio de la empresa estatal Rosoboronexport, el director general de la empresa MiG, Ilya Tarasenko, fabricante de los cazas a reacción, anunció los planes de expansión y posicionamiento de la compañía, que incluyen el tener presencia definitiva en Latinoamérica, en países como Perú y México.
Sin rodeos y en plena campaña comercial, Tarasenko dijo a la prensa de su país que estaba interesado en que la Fuerza Aérea Mexicana tuviera un escuadrón de aviones MiG-35, los más avanzados en su tipo y que fueron presentados a la prensa internacional apenas a principios de febrero, ni más ni menos.
Las intenciones de los fabricantes militares rusos de colocar en serio sus productos en México no son nuevas.
Hace cinco años, los representantes de Rosoboronexport en nuestro país hicieron hasta lo imposible para colocar, en el final del sexenio calderonista y los primeros meses del gobierno de Enrique Peña Nieto, una flota de helicópteros de combate –no artillados o modificados, sino diseñados para guerra aérea– Mi-24 Hind o bien un par de escuadrillas de aparatos Ka-52K Alligator.
No fue el precio de los aparatos lo que canceló cualquier posibilidad, sino los problemas de logística y la falta de piezas en el mercado internacional para reparar las aeronaves ofrecidas. Además, claro, de la firme oposición norteamericana y las presiones para que México no aceptara material bélico ruso.
Ahora los representantes de Rosoboronexport y de MiG regresan con planes para solucionar esos detalles que les cerraron las puertas a cualquier adquisición militar aérea en tierras mexicanas.
Ambas empresas ofrecen, como exquisito gancho, la construcción aquí de plantas de ensamblado, de bodegas, la impartición de cursos y un amplio stock de piezas de todo tipo para mantener operable el material aéreo sin tener que llevarlo a Rusia para cualquier reparación.
La oferta es tentadora y llega en el momento en que la FAM está por cerrar el último tramo de la primera etapa de modernización de su material (planeada para finalizar en 2030), y cuando los tigres de la norteamericana Northtrop Grumman ya rebasaron los 32 años de vida útil para los que fueron diseñados.
Jorge Medellín
@JorgeMedellin95
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