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México, 2 de marzo (Redacción).- Sin confirmación oficial, circula en corrillos militares que el general Alfonso Duarte Mújica ascendió a divisionario el pasado 19 de febrero por orden superior. En lo que vendría a ser un “ascenso bisiesto”.
Esto después de protagonizar el escándalo de la confrontación pública con el Secretario de Gobierno de Baja California, en septiembre de 2011, porque éste habría llegado tarde a un evento de las festividades patrias.
En noviembre se esperaba el ascenso de Duarte Mújica para colocarlo al final de la “cola” en la lista de la sucesión dentro de la Sedena.
De haber ascendido, como se afirma, tan fuera de fecha, habría un señalamiento difícil de traducir.
Duarte se ha significado como un hombre de carácter violento e impulsivo. Cuando se divulgó una grabación de una cámara de televisión local increpando al gobernador por la conducta del secretario de Gobierno, hubo una aclaración de la oficina de comunicación social de la Sedena al diario Reforma que se interpretó como un aval.
Esto, otra vez interpretaciones, por la cercanía de Duarte con el Subsecretario Carlos Gaytán Ochoa. Obvio, su arma de origen, también es la Caballería.
El general Duarte fue nombrado responsable de la Segunda Región Militar sin ser divisionario. Lo que lo situaba en la antesala de un ascenso más que esperado, diríase que hasta ya establecido.
Al ahora divisionario Duarte Mújica se le recuerda por su matrimonio con la hija del general Carlos Bermúdez Dávila en el sexenio de Miguel de la Madrid, siendo éste titular del Estado Mayor Presidencial.
Como regalo de boda, Duarte era campeón de Pentatlón y de Salto, dicen que fue guapo, lo enviaron como agregado militar a Portugal, posición de extremo privilegio.
Solamente que la hija del poderoso Jefe de Estado Mayor Presidencial se quejó de que su marido no la trataba cariñosamente, sino todo lo contrario. Y su conducta habría sido tan pública que su entonces jefe, él era el agregado militar adjunto, el general Othón Calderón Carrillo, lo acusó con el alto mando y lo regresaron a México donde Bermúdez se apresuró a conseguir el divorcio de su hija.
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